Desesperanza Aprendida
Cuando nos resignamos; cuando nos sentimos impotentes; entonces nos encontramos en un estado de desesperanza. Esta condición psicológica ha sido investigada científicamente por el Dr. Seligman, a mediados de los ochenta, y se ha llegado a la conclusión de que es aprendida. Por eso, también se le conoce como “desesperanza aprendida”. Tal como la historia del elefante de circo, puede aprenderse luego de múltiples fracasos hasta llegar a creer que no tenemos el poder o el control para cambiar nuestra realidad. Entonces ya nada importa, no hay esperanza de un futuro mejor, no hay ilusión o cura, no hay promesas. Sin esperanza se cierran las posibilidades. Muchas veces la única salida que se vislumbra es el suicidio. Según diversos estudios con pacientes suicidas, se sabe que la desesperanza es el mejor predictor de suicidio. Es decir, entre un grupo de pacientes deprimidos, una persona con desesperanza tendrá mayores probabilidades de suicidarse.
La mejor manera de superar la desesperanza es poner a prueba la creencia de que no se puede. El hecho de haber tenido múltiples fracasos en el pasado no significa que siempre fracasaremos. A diferencia del elefante que jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez, hay que seguirlo intentando. La creencia puede ponerse a prueba demostrando que es irracional o ilógica. Otro método alternativo es realizando pruebas de realidad, es decir, contrastando la creencia con hechos reales, como tareas in vivo. Esto es una práctica común en la Terapia Cognitivo-Conductual.
Por: Lic. Giovanni R. Benvenuto
Cuando nos resignamos; cuando nos sentimos impotentes; entonces nos encontramos en un estado de desesperanza. Esta condición psicológica ha sido investigada científicamente por el Dr. Seligman, a mediados de los ochenta, y se ha llegado a la conclusión de que es aprendida. Por eso, también se le conoce como “desesperanza aprendida”. Tal como la historia del elefante de circo, puede aprenderse luego de múltiples fracasos hasta llegar a creer que no tenemos el poder o el control para cambiar nuestra realidad. Entonces ya nada importa, no hay esperanza de un futuro mejor, no hay ilusión o cura, no hay promesas. Sin esperanza se cierran las posibilidades. Muchas veces la única salida que se vislumbra es el suicidio. Según diversos estudios con pacientes suicidas, se sabe que la desesperanza es el mejor predictor de suicidio. Es decir, entre un grupo de pacientes deprimidos, una persona con desesperanza tendrá mayores probabilidades de suicidarse.
La mejor manera de superar la desesperanza es poner a prueba la creencia de que no se puede. El hecho de haber tenido múltiples fracasos en el pasado no significa que siempre fracasaremos. A diferencia del elefante que jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez, hay que seguirlo intentando. La creencia puede ponerse a prueba demostrando que es irracional o ilógica. Otro método alternativo es realizando pruebas de realidad, es decir, contrastando la creencia con hechos reales, como tareas in vivo. Esto es una práctica común en la Terapia Cognitivo-Conductual.
Por: Lic. Giovanni R. Benvenuto
